13--- moneo y gehry
Cuando se
comparan dos figuras como Rafael Moneo y Frank Gehry, la pregunta del
monumento, vs el hogar cotidiano sale a la luz , quienes representan dos caras
de una misma moneda: estilos arquitectónicos opuestos que, al colocarse uno
frente al otro, nos obligan a preguntarnos qué tipo de arquitectura realmente
nos conmueve o resulta necesario en nuestras vidas
Por un lado,
Rafael Moneo destaca por su humildad y respeto al entorno. Su obra se
caracteriza por una simplicidad elegante, que se integra con el paisaje en
lugar de competir con él. Moneo demuestra que la arquitectura sencilla no es
sinónimo de carencia de carácter; al contrario, su trabajo prueba que lo simple
puede ser profundamente bello y significativo. Toda su pensamiento tiene un
contexto racional, el río que pasaba por esa zona hace años, o su ubicación
geográfica. Moneo busca ser uno con la naturaleza y entorno en lugar de queer
implementarse a un lugar cargado por cuestiones de ego
En contraste,
Frank Gehry lleva la arquitectura hacia los límites de lo imaginativo. Sus
diseños, compuestos por fragmentaciones y curvas que desafían lo convencional,
parecen sacados de un futuro ficticio. Sin embargo, esta búsqueda de lo
extraordinario ha sido criticada por algunos, quienes opinan que su ambición
puede resultar excesiva y, en ocasiones, llegar a “afear” el entorno urbano.
Aun así, no se puede negar que Gehry logra transformar el paisaje con obras
monumentales y únicas, dejando una huella indeleble en cada ciudad donde
construye.
La
comparación entre Moneo y Gehry no tiene por qué ser una cuestión de qué estilo
es mejor, sino de entender las intenciones detrás de sus obras. Mientras que
Moneo celebra la armonía y la sutileza, Gehry busca romper barreras y crear
algo impactante. Ambos enfoques son necesarios en la arquitectura, porque
mientras uno provee hogares funcionales y discretos, el otro produce monumentos
que inspiran e impulsan la creatividad humana. En última instancia, admirar
cómo estos dos genios materializan sus ideas nos enseña que la arquitectura es
tanto un refugio como una obra de arte, dependiendo del contexto y las
necesidades que pretende satisfacer.el
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